Día Mundial de la Lucha contra el SIDA
La Organización Mundial de la salud (OMS) define el VIH como una infección que deteriora progresivamente el sistema inmunitario, alterando o anulando su función de combatir infecciones y enfermedades.

Cada primero de diciembre de cada año, se conmemora el Día Mundial del Sida. En este día, las personas alrededor del mundo se unen para apoyar a las personas que viven con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) y están afectadas por el virus, así como para recordar a quienes han muerto por enfermedades relacionadas con el sida.
En este año 2020, la atención mundial ha recaído en la pandemia del COVID-19 y cómo ha afectado nuestra salud. Se ha podido constatar de qué manera las pandemias mueven tanto nuestra existencia como nuestros medios de vida. El coronavirus ha puesto sobre la mesa una vez más que la salud se interrelaciona directamente con otros problemas fundamentales, tales como la reducción de la desigualdad, los derechos humanos, la igualdad de género, la protección social y el crecimiento económico.
Para la organización ONUSIDA, el lema del Día Mundial del Sida este año es “Solidaridad mundial, responsabilidad compartida”.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, el VIH sigue siendo uno de los mayores problemas para la salud pública mundial y ha acabado con la vida de 33 millones de personas, hasta julio de 2020.
El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) ataca el sistema inmunitario y debilita la defensa contra muchas infecciones y contra determinados tipos de cáncer. A medida que el virus destruye las células inmunitarias e impide el normal funcionamiento de la inmunidad, la persona infectada va cayendo gradualmente en una situación de inmunodeficiencia. La fase más avanzada de la infección por el VIH es el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), que en función de la persona puede tardar muchos años en manifestarse si no se trata.
El VIH se transmite a través del intercambio de determinados líquidos corporales de la persona infectada, como la sangre, la leche materna, el semen o las secreciones vaginales. También se puede transmitir de la madre al hijo durante el embarazo y el parto. No es posible infectarse en los contactos ordinarios cotidianos como los besos, abrazos o apretones de manos o por el hecho de compartir objetos personales, agua o alimentos.
Entre los factores que aumentan el riesgo de que una persona contraiga el VIH, se encuentran:
–tener relaciones sexuales anales o vaginales sin preservativo;
–padecer otra infección de transmisión sexual (ITS) como sífilis, herpes, clamidiasis, gonorrea o vaginosis bacteriana;
–compartir agujas, jeringuillas, soluciones de droga u otro material infectivo contaminado para consumir drogas inyectables;
–recibir inyecciones, transfusiones sanguíneas o trasplantes de tejidos sin garantías de seguridad o ser objeto de procedimientos médicos que entrañen cortes o perforaciones con instrumental no esterilizado; y
–pincharse accidentalmente con una aguja, algo que afecta en particular al personal de salud.
-Expertos esperan un rebrote de contagios COVID-19 en las próximas semanas
Es por esto que se deben tomar las previsiones necesarias para evitar contraer el VIH, el cual puede detectarse el mismo día a través de pruebas de diagnóstico rápido, e incluso auto-pruebas, pero se recomienda dejarlo en manos de los expertos. Aunque no existe cura para la infección por el VIH, el tratamiento con antirretrovíricos eficaces permite mantener controlado el virus y prevenir la transmisión a otras personas. Pero a pesar de que el VIH cuenta con tratamientos, la meta es no contagiarse evitando hacer lo descrito en el listado anterior.
Cada año, las organizaciones y personas se unen en la lucha contra esta enfermedad y en su prevención, así como en el acceso al cuidado de la salud de quienes lo padecen, para que puedan adquirir el tratamiento necesario para sobrellevar el VIH.