El escrutinio provisorio de las elecciones a gobernador santafesino terminó con el 95,45% de las mesas escrutadas y una ventaja de 2.128 votos del socialista Miguel Lifschitz sobre el macristaMiguel Del Sel. Pero los comicios lejos están de haberse definido porque son más los votos que deben ser revisados que la diferencia entre ambos candidatos.
Todos están a la expectativa de lo que marque el escrutinio definitivo. Pero en el PRO tampoco confían en él, ya que no implica un recuento «
voto a voto«. El procedimiento en realidad consiste en un cotejo de los telegramas con las actas realizadas por las autoridades de mesa. Temerosos por posibles irregularidades, los macristas quieren que todas las urnas sean abiertas para que cada boleta sea vuelta a contar.
En cuanto conoció el pedido, Lifschitz aclaró que sólo está contemplado que sean abiertas aquellas urnas cuyos telegramas presentaron algún tipo de irregularidad y no fueron contabilizadas durante el escrutinio provisorio de este domingo. «Se va a abrir mesa por mesa, justamente por eso no se han escrutado, porque el certificado de escrutinio tiene alguna duda o dato faltante», argumentó.
El socialista consideró que implica una «falacia absoluta» el echar «un manto de sospecha sobre el proceso electoral me parece una falacia absoluta». «No hay ninguna sospecha que pueda enturbiar el proceso. Lo único extraño es que no es común que haya una elección tan pero tan pareja», explicó.
«NO HAY NINGUNA SOSPECHA QUE PUEDA ENTURBIAR EL PROCESO»
Aunque el recuento provisorio los dio perdedores por 0,11 puntos porcentuales, en el PRO están seguros de haber ganado por 0,07 puntos. O al menos eso indica el sistema de mesas testigo que implementaron para la noche del escrutinio. En el partido de Mauricio Macri aseguran que en las 347 mesas no contabilizadas están los votos que faltan para alcanzar ese resultado. Se estima que esas urnas equivalen a unos
60.000 sufragios.
A ellos debe sumárseles además unos 2.463 votos que deberán ser definidos en el recuento definitivo por algún tipo de error en el trámite de conteo. «Son las diferencias, en alguna categoría particular, donde la sumatoria del telegrama no coincide con el total de votantes de la mesa», informa el sitio web oficial. La diferencia representa el 0,13% de los votos escrutados. Suficiente para revertir la mínima ventaja que a esta hora tiene el socialismo.
Incluso habrá que ver qué sucede con los 58.558 votos que fueron anulados. Cuando son clasificados en esa categoría, generalmente no quedan dudas: una feta de jamón, algún tipo de broma o un mensaje que nada tiene que ver con la elección hacen que el sufragio sea anulado. Pero, si se toma en cuenta que representan el 3,11% del total, hasta podría suceder que alguien pida que sean revisados.