La justicia investiga a una falsa médica que ejercía en Santo Tomé
La Justicia investiga una denuncia del Colegio de Médicos de Santa Fe contra una mujer que habría usurpado la matrícula de un médico para, sin tener un título habilitante, trabajar en la guardia de un sanatorio de la ciudad de Santo Tomé. La causa es instruida por el fiscal Gustavo Urdiales.
El caso se conoció el pasado 3 de febrero, cuando una joven fue a la guardia de la institución médica por una dolencia. Allí la atendió una médica llamada C. V. D., quien le realizó un diagnóstico y le dio un certificado médico para que presentara en su lugar de trabajo. Ese certificado tenía la firma de la profesional y también el sello con su número de matrícula y legajo correspondiente.
Sin embargo, el problema se detectó cuando la paciente fue al Colegio de Médicos Circunscripción Nº 1 para hacer estampillar el certificado. El personal administrativo no pudo encontrar en sus registros a la profesional que firmaba el certificado. La primera sospecha fue que C. V. D. podría ser recién recibida y que aún no hubiera realizado los trámites de inscripción. Entonces, se contactaron con la autoridades de la Universidad Nacional del Litoral, pero la respuesta fue que nunca habían tenido de alumna a C. V. D. En cambio, en la Universidad Nacional de Rosario sí tenían registros de esa persona, quien figuraba como alumna y a quien le faltaba más de la mitad de la carrera para completar su estudios.
Mientras esperaban la respuesta de las universidades, en el Colegio de Médicos cotejaron el número de matrícula y saltó que pertenecía a un médico santafesino. El número de folio también era falso y pertenecía a la carpeta de un tercer profesional de la salud.
Con ese abanico de documentación que cargaba de sospechas a la mujer que había emitido el certificado médico, desde la entidad profesional se envió una nota al Sanatorio Santo Tomé pidiendo las explicaciones del caso y exigiendo que C. V. D. no prestara más funciones en la institución hasta tanto se regularizara la presentación de las acreditaciones correspondientes de su título habilitante.
Carta al sanatorio. «Nosotros detectamos la irregularidad el 3 de febrero y ese mismo día enviamos la carta al Sanatorio Santo Tomé para que regularice la situación. Como dos días después no habíamos recibido ninguna contestación, hicimos la denuncia penal que está siendo investigada por el fiscal Gustavo Urdiales. Nos parece que es una situación sumamente grave», expresó en diálogo con Diario UNO de Santa Fe el presidente del Colegio de Médicos, José María Albretch. Y subrayó que todas las instituciones médicas, tanto públicas como privadas, deben exigirle a los profesionales que contratan certificaciones que demuestren que son médicos habilitados.
«Sabemos es que la mujer usaba información (el número de matrícula) de un profesional de la ciudad de Santa Fe y que incluso el número de folio tampoco coinciden», manifestó Albretch. «En ese sentido —abundó— estamos, por lo menos, ante una falsificación de documento público. El hecho estaría encuadrado en el Código Penal, que en el capítulo sobre delitos contra la salud pública prevé una pena de quince días a un año de prisión para el que «sin título ni autorización para el ejercicio de un arte de curar o excediendo los límites de su autorización, anunciare, prescribiere, administrare o aplicare habitualmente medicamentos, aguas, electricidad, hipnotismo o cualquier medio destinado al tratamiento de las enfermedades de las personas, aun a título gratuito».
En paralelo, el Colegio de Médicos también cuenta con un poder de control, previsto en la ley provincial Nº 3950, que establece que nadie puede ejercer el arte de curar sin estar debidamente autorizado para ello. «Nosotros insistimos mucho con la importancia del estampillado de los certificados justamente por esto, porque es un reaseguro para los pacientes de que la persona que los atendió cuenta con los requisitos para poder hacerlo. La función del estampillado es que la institución pueda constatar que el profesional es el que firma la nota, y darle un marco de legalidad al certificado médico», indicó José María Albretch.
En el Colegio aún no saben si esta persona trabajó en otras prestadoras de salud. «Estamos intentando rastrear esa información. Sobre el pedido de información que nosotros le hicimos al sanatorio, todavía no obtuvimos respuesta. Tampoco sabemos desde cuándo trabajaba allí», remató el profesional.
