Renunció Boehner, el que lloró con el Papa

Al día siguiente de alcanzar súbita fama mundial por romper a llorar al lado del Papa Francisco, el presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, el republicano John Boehner, anunció repentinamente que dejará el cargo a fines de octubre. Aunque algunos medios se apuraron a hablar de un presunto “efecto Francisco”, el veterano representante de Ohio decidió “bajarse” para evitar que la oposición interna de los ultraconservadores del Tea Party lo derribaran mediante un veto en un anunciado plenario del bloque, algo que no se ha visto en más de un siglo. El presidente de la Cámara dijo que renunciaba porque de no hacerlo “esta turbulencia prolongada haría un daño irreparable a la institución”. Sin embargo, la visita del Papa pudo haber influido en el momento elegido: Boehner es un católico devoto, y trabajó incansablemente para lograr que Francisco hiciera su histórica visita al Capitolio.

   Este republicano de Ohio, quien ha tenido 13 mandatos consecutivos como representante (dos años cada uno), impactó a los republicanos cuando ayer por la mañana les informó de su decisión en una sesión a puertas cerradas. De inmediato estalló la carrera para sucederlo en un cargo de enorme poder y exposición pública en el sistema de instituciones de la democracia estadounidense. El anuncio se conoció un día después de un punto importante en la carrera de Boehner: el discurso del Papa Francisco ante el Congreso, realizado por solicitud de Boehner. Como vio el mundo entero, el republicano, un hombre de rasgos duros, se conmovió hasta las lágrimas. Le ocurrió tanto durante el discurso ante las dos cámaras, dentro del Capitolio, como luego en un balcón, adonde el Papa improvisó un segundo discurso a la multidud que había acudido. La CNN detalló que cuando el Papa y él se encontraron a solas en el enorme edificio, tuvieron una conversación muy emotiva. “El Papa puso su brazo sobre mi hombro y me dijo «por favor, rece por mí». ¿Quién son yo para rezar por el Papa? Pero lo hice”, narró muy emocionado Boehner, un católico devoto.

   Pero las lágrimas de Boehner podrían tener otro motivo: el “speaker” o jefe de la Cámara era objeto constante de las invectivas de los sectores más conservadores del Partido Republicano, y enfrentaba la amenaza de una votación en un plenario sobre su permanencia en el cargo. Se trata de un cuestionamiento formal que no ha ocurrido en más de 100 años en la historia del Congreso.

   Esta medida extrema era buscada por los integrantes del movimiento ultraconservador Tea Party, convencidos de que Boehner no era lo suficientemente duro para dejar sin fondos federales a la organización de salud reproductiva “Planned Parenthood”. Los cristianos fundamentalistas del Tea Party exigen tomar esa medida, posible porque los republicanos dominan ambas cámaras del Congreso, aunque si al hacer esto se corre el riesgo de caer en un punto muerto o “shutdown” de todo el gobierno federal.

   “El primer trabajo de cualquier presidente es proteger esta institución que todos amamos’’, dijo Boehner en un comunicado poco después de anunciar su renuncia a sus colegas. “Sin embargo considero que una turbulencia prolongada en el liderazgo haría un daño irreparable a la institución. Por tal motivo renunciaré a la presidencia y a mi escaño en el Congreso el 30 de octubre. En los últimos cinco años nuestra mayoría ha aprobado reformas conservativas que ayudarán a nuestros hijos y a sus hijos’’, dijo Boehner. “Estoy orgulloso de lo que hemos logrado’’.

   Algunos conservadores recibieron con gusto el anuncio. El representante Tim Huelskamp de Kansas dijo que “es el momento para un nuevo liderazgo’’, y el representante Tom Massie de Kentucky dijo que el presidente de la cámara “subvirtió nuestra república’’. “Me parece que era inevitable’’, dijo Massie. “Esta es una situación ocasionada por él’’.

   Pero los republicanos menos extremistas dijeron que haber hecho caer a Boehner será una victoria pírrica para el Tea Party. “El honor mostrado por John Boehner esta mañana contrasta marcadamente con la idiotez de aquellos miembros que buscan dividirnos continuamente’’, disparó David Jolly, representante republicano por Florida.

   Aunque no estaba nada claro quién será el sucesor de Boehner, el candidato más obvio es el segundo republicano más prominente de la Cámara, Kevin McCarthy, un californiano que fue elegido por primera vez en 2006. Pero ayer el canal conservador Fox News hay una “carrera” ya desatada para cubrir el cargoy se espera que el Tea Party presente un candidato.

Famoso por llorar. Boehner es famoso por su carácter sociable y relajado. Es un amante del golf y muy conocido en EEUU por emocionarse y llorar en público. De manera que su llanto junto al Papa en el Capitolio sorprendió al mundo pero no a los estadounidenses. Era ampliamente popular entre los representantes republicanos. Aunque era conocido por ser un conservador férreo, sus tácticas nunca fueron suficientemente confrontadoras para satisfacer a la facción más dura de su partido. Boehner asumió la presidencia de la Cámara en enero de 2011, luego de que su partido superara ampliamente en las elecciones de noviembre de 2010 a los demócratas. Su largo mandato se definió por sus primeros problemas para llegar a un acuerdo presupuestario con el presidente Barack Obama y su lucha con las expectativas del Tea Party, quienes rechazaban sus tendencias a la conciliación.

Hace dos años los ultraconservadores lo forzaron a apoyar un cierre parcial del gobierno para aplazar la implementación de la nueva ley de salud de Obama. La táctica resultó un fracaso, pero los duros presionanba ahora a Boehner para que la volviera a usar contra “Planned Parenthood”,tras la revelación de videos en los que se evidencian las prácticas de esa organización para ceder tejido fetal para investigación.