Se cumplen 16 años de la tragedia de Cromañón

Un día como hoy pero hace 16 años sucedía una tragedia que conmovia al país y cambiaria para siempre la historia del rock nacional

El 30 de diciembre de 2004 será recordado para siempre como uno de los días más tristes en la historia del rock nacional y del país por la tragedia de Cromañón, donde murieron 194 jóvenes y más de 1400 resultaron heridos que fueron a ver a Callejeros al boliche del que era propietario Omar Chabán.

Esa tragedia, representó importantes cambios políticos y culturales ya que el establecimiento no contaba con las habilitaciones necesarias, motivo por el que fueron condenados varios funcionarios porteños.

EL HECHO

El incendió comenzó cerca del arranque del show luego de que un espectador tirara al techo una bengala, lo que provocó el fuego en una media sombra con material inflamable. Cuando comenzó la evacuación del lugar, los asistentes se encontraron con que las puertas de emergencias se encontraban bloqueadas con candados.

Muchos comenzaron a respirar el aire tóxico y se produjo la asfixia con gases como monóxido de carbono que salían de la media sombra y sus materiales inflamables.

Hasta ese momento, el uso de bengalas era una rutina en los recitales de rock argentino y muchas bandas alentaban el uso de la pirotecnia.

Desde el techo comenzaron a llover pequeñas gotas de plástico incandescente.

Un panel de goma espuma, en una danza macabra, crepitante, cayó lentamente, envuelto en un vaivén de llamas.

La fiesta de los tres mil chicos que estaban allí para ver a la banda de rock Callejeros, sin embargo, continuó unos segundos más.

Pocos se dieron cuenta de inmediato y quisieron apagar el incipiente incendio saltando sobre la tea.

Hicieron un círculo para ver cómo caía el rectángulo flameante. Pero el verdadero horror descendía desde el techo como una niebla negra dispuesta a asfixiarlos.

Casi al unísono, se apagaron los sonidos de las guitarras, del bajo, de la batería, y de la voz de Patricio Santos Fontanet, cantante e ideólogo del grupo.

Los gritos de pánico, pedidos de socorro, ruegos desesperados, reemplazaron a la música.

Cuando todo debía funcionar para que fueran evacuados; cuando tendría que haber salido a relucir la responsabilidad de los organizadores del espectáculo todo falló.

El saxofonista Carbone fue el primero en advertir el peligro, de como se diseminaba el fuego por el techo.

Quiso advertirle a la gente que saliera por el escenario, pero el micrófono no funcionaba.

El cantante, en medio del caos que se iniciaba, saltó desde el escenario, sorteó la valla ubicada frente a él para que los chicos no subieran al mismo, e intentó apagar el panel que se incendiaba.

Luego lo vieron entrar y salir varias veces para ayudar a rescatar gente. Buscó a su novia, Mariana Sirota, y a su mamá, Susana.

Terminó, en cambio, salvando de la muerte a otros. Entró y salió de Cromañón varias veces, hasta que no pudo más y fue trasladado al hospital Francés.

Su madre, Susana, con quemaduras en el 60 por ciento del cuerpo, resultó afortunada: se salvó. Su novia, de 21 años, peleó once días por su vida, pero murió en el Sanatorio de la Trinidad.